miércoles, 27 de febrero de 2013

Y sigo...



                                           «Mujer escribiendo», óleo de Thomas Pollock
Y sigo…
Sigo escribiendo, poniendo palabras en el papel, en las hojas de mi cuaderno rojo. Palabras que se acomodan en los renglones y cuentan cosas, expresando sentimientos cuento mi historia, pequeñas muestras de mi vida,  lo que veo,  lo que siento.
Y mi mente trabaja, buscando dar forma a las oraciones, tratando de encontrar las palabras justas para formarlas, buscando la mejor expresión para que se entienda.
 Mi corazón desparrama sus sentimientos, los malos y los buenos, los que me llenaron y llenan, los que en algún momento me dejaron un vacio irremediable, todos ellos son los que expreso.
Y seguiré, llenando de letras bailarinas mi cuaderno, formando con ellas palabras, palabras simples que en simples frases puedan narrar todo esto que viví y sentí, todo esto que vivo y siento y seguramente todo lo que viviré y sentiré.
No sé si alguna vez llegará más allá, no sé si serán leídos por muchos más de los que ahora los leen, yo solamente sé que las palabras salen de mi y solas se acomodan en este cuaderno llenando poco a  poco sus hojas.

Buena fibra

martes, 26 de febrero de 2013

En alas del aire

«Pañuelo al viento», óleo de Carmen Luna
 
Aprendo a concederme la hermosura del aire
entre lo humano.
Las páginas oscuras del secreto rosal
adelantan los labios.
Entiende amor,
que llamarán a tu puerta de muy lejos,

En alas del aire llamarán
y conjurando
Esos amargos ataúdes,
silenciarán tu soledad de cáñamo dormido.
Yacerás entre malezas contrarias a la vida.
Estarás desnudo, perseguido por tus propias palabras.

Ellas,
sabrán cómo habitar la cercanía del mundo.
Alcanzarán la estirpe perdida para siempre,
Asomarán los muros,
y en el contacto,
Silábicas palomas dominarán los cielos consonánticos,
cautivando la espina de los rosales trágicos .

Saldrás de todo esto,
y cuando mire,
será para desearte entre mis labios:
Que tengas un buen viaje,
un hermoso regreso tras tus pasos.

Y entonces,
-ya ves cómo no tiemblo-,
para amarte habrá que ir descalzando algún poema.

Cuando el alma sea tan sólo tiempo
que recorre fragmentos de la sangre,
alejados arroyos en balcones de pájaro,
En el oído de todos girarán planetas
y blancos desolados.

Golpea el mar y rompe las maderas encarnadas
como en delgadas muertes.
Y sobre el cauce oculto
-como un lento navío-
va ese pulso de sangre entrecortado.

Permitidme caer bajo la mica de sus labios,
lentitud de brillantes que adelantan
la palabra a la ceguera.

Tras la erosión de la mirada
sólo encuentro sus labios
-ese destino-,
Y la palabra cae con brusquedad de muerte
sobre las últimas criaturas pensativas del mundo.

Rosana Acquaroni

lunes, 18 de febrero de 2013

Se suponía ellos eran mis padres


                                                      «Mi vida: Revelación», óleo de Ana Pardo

Se suponía que serían mi apoyo,  mi compañía, que compartirían mis tristezas y alegrías, que cuando los necesitara allí estarían, se suponía, se suponía, se suponía.
Pero no, todo quedó en suposición. Un día, en medio de la tormenta se alejaron, me dejaron sostenida en una endeble tabla y partieron para no volver.
Yo pensé que volverían, que algo les había pasado y que luego de pensarlo regresarían y estarían aquí y todos los días yo suponía, pero no, la suposición no se asemeja a la realidad.
Y aquí estoy, sigo de pie, con mi vida y ya no presumo nada, ahora camino mirando hacia adelante.
Ya está, ya fue, todo lo que debían hacer no lo hicieron.  Pero  hay alguien superior que en el medio de la tormenta y la inundación coloca más tablas y troncos, algunos conocidos, otros nuevos, algunos más lejanos y otros más cercanos y yo me aferré a cada una de ellos y ahora floto tranquila.
Descubrí que lo que simplemente hay que hacer es vivir, solamente vivir minuto a minuto sin suponer que alguien hará algo que debería hacer, porque como dice la canción "la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida" y yo de ahora en más, para bien o para mal me dejo sorprender cada día.

Buena fibra©

viernes, 15 de febrero de 2013

Si yo pudiera morder la tierra toda



«Planeta tierra», óleo de  Ruben  Melgar

Si yo pudiera morder la tierra toda
y sentirle el sabor sería más feliz por un momento...
Pero no siempre quiero ser feliz
es necesario ser de vez en cuando infeliz para poder ser natural...
No todo es días de sol
y la lluvia cuando falta mucho, se pide.
Por eso tomo la infelicidad con la felicidad.
Naturalmente como quien no se extraña
con que existan montañas y planicies y que haya rocas y hierbas...
Lo que es necesario es ser natural y calmado en la felicidad o en la 
infelicidad.
Sentir como quien mira. Pensar como quien anda,
y cuando se ha de morir,
Recordar que el día muere y que el poniente
es bello y es bella la noche que queda.
Así es y así sea.

Fernando Pessoa 
(Versión de Teodoro Llorente)

miércoles, 6 de febrero de 2013

Parada frente a ti




Me paro frente a ti
Tratando de observarte 
Aunque no te vea.
No tienes rostro
No tienes cuerpo
Solo tengo tu voz
Solo tengo tus palabras.

Parada frente a ti
Tratando de observarte 
Aunque no te veo.
Siento tu respirar
Siento tus manos
Deslizarse suavemente por mi cuerpo.
Tus dedos juegan con mis cabellos.
Tus labios me rozan acariciando mi rostro.
Delicadamente me transportas
A mundos imaginarios
Cargados de amor y deseo.

Parada frente a ti
Tratando de observarte
Aunque no te vea.
Me quedo quieta
Muy quieta esperando
Que vengas a mi
Para hacerme sentir
Que es posible,
Aun sin volar,
Llegar hasta el cielo.

Buena Fibra©

martes, 5 de febrero de 2013

Poema unánime


                                                             Óleo de  Albert Anker 

Jamás quise una letra sólo para mí.
Quiero un bello poema para todos.
Que el canto tuyo y mío sea
para todos.
Y que en nuestra canción riamos juntos
todos;
lloremos juntos
todos;
gritemos juntos
todos.
Que se abra a nuestra voz el oxidado,
enmohecido cerrojo
y brote la verdad que aprisionamos
todos.
Que irrumpa la verdad, aunque lastime
al arrancar la venda, nuestros ojos;
aunque destroce
a su paso los labios temblorosos.
Que viva libremente.
Que por fin aliviemos nuestros hombros.
Juntos.
Todos.
Llorar. Reír. Gritar nuestra verdad
todos.
Como lloran y ríen. Como gritan
los niños, los borrachos, los poetas y los locos.

Gladys Carmagnola
(poetisa paraguaya)