sábado, 24 de noviembre de 2012

Fuego, agua y tierra

             «Fuego, tierra y agua», óleo de Romántico                                   

                                                      Al Conde hippie, spiritual experience

Envuelta en la fusión de los alientos del aire,
el color vino a empozar en la naturaleza,
sereno fue aquietándose y dando espíritu a la inercia,
en forma de niebla líquida y resquebrajando la dureza.

El fuego, oscilante y meteórico, reclamó el amarillo,
ejerció su hegemonía sobre los demás colores,
amalgamándolos en su árida pureza volcánica. 
La tierra, manto de erráticas cosmogonías,
pidió ser bautizada en marrón,
arrodillada en la brisa astral y luminosa
exhaló su húmeda saliva y fue su sal brumosa. 

Y el agua... líquido llanto del espíritu,
escondido en las cavernas del cristal y el hielo,
abrió sus etéreas venas y recibió el azul.
Su piel, estigmatizada  de inocencia, se empapó
de profundidad y se llenó de aura oceánica.

Todo era armonía resucitada del polvo,
colores conjugados, inmolados para la subsistencia.
Colores  adictos a la esencia en que brotan
las fuerzas inmortales y sagradas.
Derretimiento de heterogéneas tonalidades,
difuso antagonismo de las nadas.

Huella, Daily Jara©
23 .11.2012


 

3 comentarios:

Mela dijo...

El Universo y su amalgama de elementos...
Un abrazo.

Rafael dijo...

El conjunto de los elementos recreado en estos versos.
Un abrazo y feliz domingo.

Nena Kosta dijo...

Elementos de vida y las pinceladas de color que alguien les regaló.
Un abrazo.