jueves, 19 de abril de 2012

Ortiz Guerrero

Madre selvas de amor y de pena
rosas blancas y lirios de luz
al poeta con calma de estrella
que ha doblado los brazos en Cruz.

El destino cruel o el delito
nunca fue tan absurdo y brutal
al quebrar en mitad del camino
esta vida tallada en cristal.

Del rocío traslucido y sano
suyo fue el dadivoso frescor
de él, el don generoso del árbol
de brindar sombras, frutos y flor.

Coronado de espinas ha muerto
el cantor que fue alondra y león.
Enlutad las guitarras, troveros
y decid la más triste oración.

Darío Gómez Serrato

    «Color, música, poesía», óleo de Rosa Collado Rosich

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